domingo, 5 de junio de 2016

Other People´s Money (El dinero de los demás)

Other People's Money (ver trailer)

Liderazgo - Cambio

EEUU (1991) Dir:Norman Jewison Protag:Danny De Vito, Gregory Peck, Penelope Ann Miller

Es una película difícil de calificar. Por algunos de los protagonistas podemos decir que estamos en una comedia. Algunos tramos son graciosos, pero dista de ser una película cómica. Por la temática podría encajar en un drama, pero el tono no la acompaña.
Una empresa muy madura, con dirección familiar y de larga trayectoria, muy conservadora (sin deudas) y que parece haber logrado un equilibrio con sus empleados, la comunidad y sus accionistas. Su presidente, Andrew Jorgenson o Jorgy como cariñosamente lo llaman (en una de las últimas interpretaciones de Gregory Peck) dirige la empresa como si esta fuera un integrante más de su familia. Los empleados parecen estar a gusto a pesar que dista bastante de ser una punto com, sus épocas de gloria fueron la posguerra y allí se ha congelado, pero eso no parece una preocupación, en definitiva los cables salen igual. Una joyita, para calificarla de manera no técnica. Y todos esos logros hacen que sea un botín preciado para Lawrence Garfield, Larry el liquidador (Danny De Vito). Larry, un personaje de Wall Street, se especializa en adquirir empresas cuyas acciones cotizan a precio bajo y que al liquidarlas se puede obtener una importante rentabilidad. Esto es comprar empresas no para gestionarlas sino para vender sus bienes: maquinaria, instalaciones, terreno. Una vez obtenido el dinero pagar la deuda con los empleados que son despedidos y calcular la ganancia final. Luego, con ese dinero, ir a la búsqueda de otra empresa para hacer lo mismo. Capitalismo puro y duro. Y la situación lleva al enfretamiento personal de Jorgy y Larry defendiendo cada uno banderas muy diferentes y de cuyo triunfo dependerá si la empresa sigue viva o se le emite el certificado de defunción.

Jorgy, como ya se dijo, es el patriarca de New England Wire and Cable. Es el presidente, pero no parece ser de esas cabezas que buscan estar en una confortable oficina. Se pone un guardapolvo y recorre la planta. Conoce a sus empleados por el nombre y estos lo saludan con cariño y respeto. Su casa está en una parte elevada del terreno desde donde se contempla toda la planta, como para tenerla bajo control en todo momento. O no separarla de los bienes familiares. Su esposa es parte de su equipo y no hay separación entre amigos, familiares, empleados y accionistas. Todos tienen un factor común que es la empresa. Parece un padre autoritario pero justo, austero y conservador. Y al que la pelea le llega cuando ya está arribando al final del camino, cuando piensa dejar su puesto a su segundo (aunque estos personajes no son de renuncia fácil, dejar la empresa sería lo más parecido a un divorcio, pero sobre alguien al que sigue amando). 

Larry es la antítesis de Jorgy. El ser más cercano que tiene es Carmen, una computadora que lo saluda por las mañanas y le informa los casos donde puede realizar un buen negocio. Los empleados que posee en su empresa son un mal necesario, les molesta saludarlos en la mañana y sólo les importa que le den información para concretar nuevos negocios rentables. Todos parecen temerle y no se dirige a ellos por sus nombres, ninguno ostenta el rango de Carmen, que le da lo que el necesita y no le pide nada a cambio, ni trata de sociabilizar. Es un personaje solitario. Se deslumbra con la abogada de Jorgy (Kate, Penelope Ann Miller) a la que intenta seducir a toda costa. Pero casi como una adquisición más. Es otra empresa a adquirir, no sugerida por Carmen, pero que sumaría a sus éxitos deportivos en los negocios. Como por los números de la empresa es seducido por la imagen, y necesita poseerla. Capitalismo aplicado a las personas. Si lo vemos sin su lujo, trajes ostentosos, oficina con vista a Manhattan y limusina (y aun con todo ello y las donnas que son su debilidad) es un ser solitario y triste. Cuando llega a su mansión está solo. Ama el dinero, pero este no le devuelve lo que en el fondo necesita. Su simple acumulación son papeles, números y logros de corto plazo que demandan nuevos desafíos para ocupar el tiempo en la mera acción de acumular. 

Y la forma de solucionar las diferencias es convocar a la asamblea de accionistas y ver que plan apoyan: el de Jorgy de continuar con la empresa de manera conservadora o el de Larry de vender sus bienes y repartir lo obtenido entre todos, en definitiva en hacerla efectivo. El discurso de Jorgy es contundente. Es presentado como una leyenda y comienza saludando a los conocidos, que son prácticamente todos. Casi como un sermón recuerda la función social de la empresa, qué significado más allá de los resultados tiene: para la comunidad, para sus empleados, para sus accionistas que son viejos conocidos. Esa función de segundo hogar de la empresa donde la gente se conoce, puede encontrar a la persona que lo acompañará el resto de su vida y con la que hará una familia y esos lazos de amistad y de tiempos compartidos fuera de ella, momentos inolvidables generados gracias a la existencia de ese lugar de reunión, que no va a figurar en balances ni planes de negocios.Y hace un ejercicio interesante de pedir que miren al que está a su lado y si lo asesinarían para conseguir un mejor resultado. Porque de eso trata la otra propuesta de matar la empresa porque su herencia es más valiosa que lo que puede generar.

Y entre abucheos Larry da su discurso. Con la evidente animosidad del grueso del auditorio. Y es claro, no quiere agradar. Solo muestra los hechos. La empresa está muerta y el solo se ocupa de repartir los bienes que quedaron.Y rebate con lógica los argumentos de Jorgy, cuando este menciona que cuando cambien las condiciones la empresa será muy rentable. La empresa no será rentable porque es obsoleta, dejó de ser productiva y es un Disney montado para que Jorgy juegue a ser directivo. Y apela a algo muy básico del capitalismo, el dinero. Promete dinero concreto hoy, sin riesgos ni dependiendo de planes, esfuerzos o condiciones externos. Es engrosar la cuenta bancaria y sacarse un problema. No habla de futuro. No le importa el futuro. Que cada uno haga lo que pueda con su futuro. Una vez que se paga ese problema es de cada uno. El nosotros desaparece. Queda cada uno con su yo. Bienvenidos a Wall Street. 

Si reducimos los protagonistas entre buenos y malos, nos parece claro que los buenos debieran ganar, en definitiva es Hollywood. Pero la historia, por suerte más cercana a la realidad, no es así y la postura de Larry triunfa. Los amigos con los que contaba Jorgy prefieren el dinero hoy que mantener esa importante red social que es la empresa. Prefieren perderse las cenas futuras de Acción de Gracias y tener un nuevo modelo alemán en la cochera. Y no puedo dejar de relacionar el Jorgy con Atticus Finch (ambos personajes de Gregory Peck, este último en To kill a Mockingbird). Se que la calidad de las películas y de las historias tienen una distancia importante. Pero este Jorgy es un Atticus anciano, buscando en este nuevo jurado salvar de la muerte no a una persona sino a una empresa (y a todos los que trabajan en ella). Y en ambos casos, a pesar de su elocuencia y de estar en lo que parecería el lado correcto desde el punto de vista moral, fracasa. Son alegatos que todos aplauden pero que no acompañan.Dice lo que la gente piensa que debiera ser pero, dadas las condiciones y conveniencias, deciden otro camino. No parece un líder exitoso, ni su empresa tiene los mejores resultados económicos, ni logra salvarla de la liquidación.
Por otra parte Larry no convence en su fondo. Es un ser ambicioso que sólo busca su bienestar. No tiene planteos éticos sobre sus decisiones. Ya que no puede reducir la ética a dólares la misma no tiene importancia, no puedo poner algo que no es un número en una ecuación matemática. Pero es exitoso, logra los resultados que se propone e incrementa la ganancia de su empresa, de manera sideral. La calificación de la empresa, por el criterio empresarial que sea será mejor que la de Jorgy. Pero puestos a elegir, a quién quisiéramos tener de jefes: Jorgy o Larry?


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