sábado, 1 de agosto de 2015

Glengarry Glen Ross (Éxito a cualquier precio)

Glengarry Glen Ross (ver trailer)

Equipos Humanos - Comunicación -  Valores

Estados Unidos (1992) Dir: James Foley Protag: Al Pacino, Jack Lemmon, Ed Harris, Alec Baldwin, Alan Arkin, Kevin Spacey

Te pido mires unos segundos los actores de esta película. Es un verdadero dream team. Además con la posibilidad de tener en el banco a Jonathan Pryce. Pocas películas pueden darse estos lujos. Y con escasos escenarios. El grueso de las acciones transcurre en una oficina desangelada, y en un restaurante chino frente a la misma. En buena parte hay una lluvia copiosa que dificulta el salir de estas madrigueras. La historia es simple. Una oficina de venta de propiedades, con pocas ventas, recibe a alguien de la casa matriz para "motivarlos". La motivación también es simple: se les da unos días para que vendan, el que más vende recibirá un auto, el segundo un juego de cuchillos y el tercero será despedido. Vamos a analizar los personajes.

Blake (Alec Baldwin) tiene una de las más famosas escenas del cine (ver video). Este personaje está sólo unos minutos al comienzo, pero deja firme una de las tramas de la película. El ya mencionado "motivador" no tiene problemas de mostrar su superioridad y desprecio hacia el resto en cada segundo. Ni un gesto de cercanía. Es un maltrato continuo hacia un equipo golpeado. Y lo que propone este individuo es una guerra entre ellos para asegurar la supervivencia del más apto, darwinismo puro y duro. El único valor que reconoce es el del dinero.  El ABC Always Be Closing (Siempre estar cerrando) es absoluto, sin interesar cómo. No importan las situaciones personales ni la trayectoria. Su mensaje es claro y sin debates. Dejando frases e imágenes icónicas en sus minutos de pantalla. No dejando tomar café a un despreocupado Levene (Jack Lemmon), señalando que el café es para los que cierran ventas. O marcando la diferencia de vehículos con los que llegaron allí a Moss (Ed Harris) o la diferencia salarial entre ellos, para dejar claro quién de los dos es el ganador. Y cierra mostrando el listado de nuevas tarjetas de potenciales clientes atado con un listón dorado, aclarando que serán sólo para los que vendan. Con lo que descarta facilitarles alguna ayuda. Es una escena dura y podemos pensar estereotipada. Pero no es extraño ver estos comportamientos. Y no sólo en empresas comerciales. Cambiemos la meta por cualquier otra y es perfectamente aplicable. Podemos pensar si Blake hace una actuación, cumpliendo un papel para movilizar a estos empleados. Pero me parece que lamentablemente es genuino, él cree en lo que dice y hace. Es un buen ejercicio pensar cuál sería la mejor forma de motivar a este equipo. Tal vez viendo el resto de las personas nos surja alguna idea.

Shelley "The Machine" Levene (Jack Lemmon) es alguien que está de vuelta. Además preocupado por su hija que da a entender por sus llamados telefónicos que está internada y no tiene fondos para mantenerla. Está desesperado, sin recursos y dispuesto a todo por solucionar sus problemas familiares. Algo que llama la atención es que ninguno de sus compañeros parece conocer su situación ni él hace ningún atisbo de contarla. Como un animal herido, trata de ocultarse para no mostrar debilidad ante el resto de las fieras. Si bien se queja, no deja de intentar por el camino que fuera, aun sabiendo la dificultad de los clientes que le asignan. Y sin importar que atajo tomar para lograr el objetivo. Ni siquiera se plantea un dilema si debe ofrecer dinero por pistas nuevas o si lo que vende es un buen producto. No duda en inventarse cargos, viajes o inexistentes secretarias para brindar una imagen de alguien poderoso. Por lo que menciona es alguien que fue exitoso, o que piensa que fue exitoso, y ya no lo es. Y le cuesta aceptarlo y cambiar. Sigue pensando que su fórmula está intacta y repite ante los clientes sus viejos cuentos sin lograr convencer. 

Ricky Roma (Al Pacino) es el vendedor estrella del momento. Dueño de un estilo particular, envuelve a sus víctimas (clientes) con su brillante lengua (ver video). No escatima tiempo para adentrarse en sus problemas y filosofar acerca de la vida, para finalizar con una sugerencia casi mínima, sin ponerle demasiada exigencia, como si fuera un pequeño secreto que estoy dispuesto a compartir, ahora que somos amigos. Y lograr así la venta. Está centrado en su ego y no parece importarles el resto del equipo. Casi los trata como extraños. Sólo muestra simpatía y cierto respeto, tal vez fingido, hacia Levene. Tal vez vea en él un espejo que adelanta. Tal vez el se sienta un Levene en potencia, disfrutando de su época dorada y de sus cuentos, cuando todavía son nuevos (curiosidad: en 2012 se repone la obra en Broadway y Al Pacino hace el papel de Levene). Roma es el único que no está en la charla de Blake. Tampoco lo reclaman pues es el que vende. Si hubiera estado creo que se habría sentado en primera fila, aplaudiendo y dando letra a Blake (en la medida que este no lo maltrate).

John Williamson (Kevin Spacey) es el administrador de la oficina. Pero casi nos damos cuenta por la oficina que ocupa. Nadie le reconoce ningún liderazgo. Es un simple intermediario entre los vendedores y Mitch and Murray (la casa matriz). Siempre en una actitud  distante y desinteresada sobre el resto del equipo. Ante la propuesta de algo ilegal se niega, sólo hasta conseguir el precio deseado. Siente que tiene una serie de enemigos en la oficina para mantener a raya. Si están ellos u otros le es indiferente. Es un claro ejemplo de alguien que tiene autoridad pero no liderazgo. Tiene un puesto, y nada más.

Dave Moss (Ed Harris) y George Aaronow (Alan Arkin) son dos personas desmotivadas, sin confianza en ellos mismos, sin la mínima fidelidad hacia su oficina y equipo y dispuestos a llegar al robo (para luego huir a Argentina como menciona Moss). Moss quiere ser sólo el cerebro del robo, no correr el riesgo de realizarlo. Después de la motivadora charla de Blake ya se siente despedido, pues no piensa entrar en la competencia, y planea el robo. Racionalizando el mismo, casi es tomar un justo retiro que sabe le será negado. Aaronow es una persona que sólo manifiesta su rencor y dudas. No está de acuerdo con el crimen no por un tema moral, sino por las consecuencias que sabe no puede sobrellevar por la culpa que le provoca.

Algunos temas adicionales. En los textos menciono siempre la palabra equipo, pero no se ve un equipo aquí. Son personas aisladas sin un líder. Sólo comparten un ámbito físico que carece de elementos que identifiquen a sus ocupantes. Alguna foto familiar tal vez, pero no más. Tenemos también el tema de los valores del conjunto. De los personajes ya lo mencionamos y no quedan mucha duda sobre una carencia total de valores. No conocemos los de sus dueños, Mitch and Murray, pero podemos inferir algunas cosas. Ellos seleccionaron estos perfiles de personas y los mantienen hace años (ninguno parece recién llegado). La persona que envían para reorientar la situación, Blake, habla bastante de ellos: no importan las personas, el objetivo no es lo más importante: es lo único, no importa el cómo se logra. Por lo tanto esta oficina es un fiel reflejo de la matriz, sólo más ineficiente. Por último es ver la poca importancia que tienen los clientes para ellos. Son sólo kilos de carne que compran lo que vendo y generan mi comisión. No solo no importa timarlos, es parte del trabajo. No importa venderles nuevamente, pues considerando las tretas que se usan es imposible mantenerlo en el tiempo. Última acotación, la palabra f**k y sus derivados se usa 138 veces en la película. Y la palabra s**t otras 50. Algo querrán decir...

Espero te haya parecido interesante. Si ves la película y quieres agregar tus comentarios, son bienvenidos. Jordi LKZ