Apollo 13 (ver trailer)
Cambio - Liderazgo - Equipos humanos
Estados Unidos (1995) Dir: Ron Howard Protag: Tom Hanks, Kevin Bacon, Ed Harris, Gary Sinise, Bill Paxton
Esta película tiene varias lecturas interesantes. La primera es qué pasa cuando algo extraordinario, como viajar a la luna, se vuelve rutinario. No se había cumplido un año de ese pequeño paso para un hombre pero un gran salto para la Humanidad, expresado por Neil Armstrong desde el Mar de la Tranquilidad, y ya la gente había perdido el interés de seguir la carrera espacial. El despegue es una noticia más y lo acontecido en el viaje es apenas una referencia en los noticiarios televisivos de trasnoche. El astronauta estaba deviniendo en piloto de nave espacial en un plazo vertiginoso. Pero si bien para el gran público el colocar tres misiones en el satélite habían convertido el viaje en algo normal, la realidad es que cada misión era jugar a los dados con el destino. Y en este caso los dados no cayeron de la cara esperada.
Si esto se produjo a principios de los setenta, el creer que los grandes cambios vinieron para quedarse y ya son parte de del paisaje o de los derechos de cada uno, cuánto más cierto es en estos momentos donde casi no hay tiempo para sorprenderse de los avances. Ya es un derecho adquirido por todos contar con acceso a internet, no se concibe el no tener señal en un móvil o carecer de wifi (ni hablar de servicios más básicos). Y seguramente hay muchas personas trabajando para mantener ese servicio de manera invisible y silenciosa. Solamente nos percatamos de su importancia cuando faltan. Y allí exigimos nuestro derecho. Este puede ser trasladado a muchos campos.
Y qué pasa cuando ocurre lo que nadie previó. El famoso "Houston tenemos un problema" es un disparador hacia lo desconocido. Siempre se contemplan las contingencias, pero no es posible prever todo lo que puede pasar. Y en esos imprevistos salen todas las facetas, las buenas y malas. Y es una oportunidad magnífica para ver el desempeño de un equipo, el funcionamiento de los roles y el manejo del liderazgo. Si no existen los elementos anteriores será más difícil superar la situación pues la presión psicológica sólo puede superarse con la confianza en el equipo (en este caso el equipo son varios: los que están en la cabina, el centro de control y las respectivas familias). Si no confío en las personas próximas, en las que a distancia me indican el mejor camino a seguir y si no tengo la esperanza de reencontrarme con mis afectos, es posible que la desesperanza me gane en algún momento, lo que es muy peligroso en estas condiciones. El salvarse para cada uno de la cabina es un deseo compartido y compartido por el equipo a la distancia.
Un personaje algo secundario en la película es Ken Mattingly, Gary Sinise. Parte de la tripulación original, es dejado fuera a último momento por la posibilidad de haberse contagiado de sarampión. Es interesante la escena en que el jefe de la misión Jim Lovell, Tom Hanks, le comunica que no será parte. Podía haber dejado que alguien de la NASA de mayor rango le comunicara tan mala noticia, pero prefiere ser él el mensajero. Es un buen ejemplo de líder que no esquiva las responsabilidades y pone su cara en las situaciones difíciles. Ahora bien, si bien Ken deja de ser parte del equipo oficial y se va frustrado a una obligada cuarentena, de la que vuelve al no cumplirse los vaticinios médicos y apenas sabe de la crisis para ayudar. Y al ser un conocedor privilegiado del módulo es un integrante más que con el simulador ayuda a armar la estrategia de regreso. Y no es un integrante más, seguramente aporta más que el resto al estar en mejores condiciones físicas y poder conocer al resto del equipo. Contar con apoyos o reemplazos en situaciones de crisis muchas veces genera la diferencia. No es un papel secundario, es fundamental para lograr el éxito. Él se siente parte de la misión a distancia, hace todo lo que está a su alcance y ni siquiera duerme, pues sus amigos en el espacio tampoco lo pueden hacer.
Alguien digno de observar es Gene Kranz, Ed Harris. El director de vuelo está en una posición compleja. Es quien decide sobre los cursos a realizar en el equipo de tierra y en el que está en el espacio. Debe estar al tanto de todos los avances en la resolución de la crisis por cada uno de los miniequipos que improvisa en cuestión de minutos, considerando el expertise de cada uno y decidir cuando la solución tiene distintas alternativas de solución. Y además soportar las presiones políticas. Y tratar de no transmitir el pánico y dar esperanzas de tener la situación bajo control. Pensar en el estrés que esto provoca es a su vez estresante. Se requiere una personalidad especial y una cultura de equipo importante. Si esta persona no sabe delegar se desmorona. Si delega demasiado y no mantiene la coordinación del todo genera caos. Y un tema simbólico, pero no menor, es su chaleco. Antes de cada misión su esposa le confeccionaba un chaleco nuevo que el utilizaba durante todo el proceso. Y para el resto del equipo era algo como una cábala. Seguro que esto no cambió el curso de las cosas, pero a veces una pizca de pensamiento mágico puede servir para un plus de último momento. El racionalismo puro lo refutará. Pero todos sabemos que suele ser aburrido y no entender de estas cosas.
Y qué significa cambiar el objetivo de la misión. El original era llegar a la luna y completar el deseo de los astronautas. Parte importante de sus vidas fueron dedicadas a ello. Y de pronto cambia bruscamente la meta. El objetivo pasa a ser volver. Esto se suma a la frustración del objetivo perdido, con la idea que ya no estará en el futuro. Pero el riesgo es tan grande que ayuda a recomponer y juntar las pocas fuerzas para enfocarlas en lo fundamental. Aquí la función de los distintos líderes (Jim Lovell en el módulo lunar, Gene Kranz en el centro de control y la esposa de Lovell en el seno de la familia son fundamentales). Cada uno de los tres son la cohesión que el equipo necesita, el sostén para no rendirse y quien mantiene el foco en el objetivo, como cuando Lovell debe orientar el módulo lunar de manera manual para no perderse en el espacio. Es la confianza del resto del equipo en su orientación que permite mantener la esperanza en el regreso.
Alguien digno de observar es Gene Kranz, Ed Harris. El director de vuelo está en una posición compleja. Es quien decide sobre los cursos a realizar en el equipo de tierra y en el que está en el espacio. Debe estar al tanto de todos los avances en la resolución de la crisis por cada uno de los miniequipos que improvisa en cuestión de minutos, considerando el expertise de cada uno y decidir cuando la solución tiene distintas alternativas de solución. Y además soportar las presiones políticas. Y tratar de no transmitir el pánico y dar esperanzas de tener la situación bajo control. Pensar en el estrés que esto provoca es a su vez estresante. Se requiere una personalidad especial y una cultura de equipo importante. Si esta persona no sabe delegar se desmorona. Si delega demasiado y no mantiene la coordinación del todo genera caos. Y un tema simbólico, pero no menor, es su chaleco. Antes de cada misión su esposa le confeccionaba un chaleco nuevo que el utilizaba durante todo el proceso. Y para el resto del equipo era algo como una cábala. Seguro que esto no cambió el curso de las cosas, pero a veces una pizca de pensamiento mágico puede servir para un plus de último momento. El racionalismo puro lo refutará. Pero todos sabemos que suele ser aburrido y no entender de estas cosas.
Y qué significa cambiar el objetivo de la misión. El original era llegar a la luna y completar el deseo de los astronautas. Parte importante de sus vidas fueron dedicadas a ello. Y de pronto cambia bruscamente la meta. El objetivo pasa a ser volver. Esto se suma a la frustración del objetivo perdido, con la idea que ya no estará en el futuro. Pero el riesgo es tan grande que ayuda a recomponer y juntar las pocas fuerzas para enfocarlas en lo fundamental. Aquí la función de los distintos líderes (Jim Lovell en el módulo lunar, Gene Kranz en el centro de control y la esposa de Lovell en el seno de la familia son fundamentales). Cada uno de los tres son la cohesión que el equipo necesita, el sostén para no rendirse y quien mantiene el foco en el objetivo, como cuando Lovell debe orientar el módulo lunar de manera manual para no perderse en el espacio. Es la confianza del resto del equipo en su orientación que permite mantener la esperanza en el regreso.