Serpico (ver trailer)
Liderazgo - Valores
Estados unidos (1973) Dir: Sidney Lumet Protag: Al Pacino
Esta película, contemporánea a la historia real de la que la separan solo unos años, describe muy bien lo que se conoce como el camino del héroe. Y tiene todos sus elementos: origen humilde; esfuerzo; combate al mal; triunfo; traición. Además la película mantiene la frescura a pesar que describe hechos de cincuenta años atrás, y situaciones de injusticia y corrupción que aun persisten.
La primer escena en que Frank Serpico toma conciencia de dónde se encuentra es la de visita a la cafetería con su compañero de patrulla, ya con experiencia en la Policía. El compañero, manteniendo el hábito, saluda con cordialidad al dueño y este le ofrece algo de comer. Frank pide un plato diferente al ofrecido, ante la mala cara del dueño. Luego ve que su comida es de muy mala calidad y quiere pedir que la cambien. Su compañero lo instruye en cómo eran las cosas. Ellos recibían comida gratis y dejaban pasar algunas infracciones del dueño. Y le sugiere tomar lo que le den. Frank empieza a entender que las cosas no son como él imaginaba que serían.
Y a medida que va cambiando de dependencias sólo encuentra casos aislados de honestidad. El conjunto es un sistema corrupto donde cada policía está más interesado en el reparto de dineros mal habidos que de su trabajo principal. Y el problema para todo el resto es que Frank no acepta su parte. Esto lo transforma en un ser peligroso. Por no ser parte del negocio y por algo principal. Por ser diferente. No pueden aceptar a alguien que se comporte como en teoría debe ser un policía porque sería aceptar que ellos son lo opuesto. Frank es un espejo permanente que muestra todos sus desvíos. Todo lo que no han logrado ser. Todo lo que renunciaron por unas monedas. Por lo cuál debe ser apartado, menospreciado, eliminado de ser necesario.
Todo esto no es gratuito para Frank. Trata de manifestar sus incomodidades a sus jefes y estos no le brindan ningún soporte. Por interés o no querer entrar en conflicto, prefieren mantener el sistema. Y a medida que avanza la historia vemos a un personaje más atormentado, estresado y solo. Sus compañeros llegan al límite de permitir que lo maten, quedando indiferentes ante su pedido de ayuda. Y eso genera el interrogante en Frank de para qué. Qué finalidad persigue si no encuentra quien lo comprenda. Qué logrará si llega a obtener lo que persigue. Vale la pena poner la vida en juego?
Y esto nos habla del tipo de líder que es Frank. No tiene seguidores ni discípulos. Tampoco hace grandes esfuerzos de armar o integrar un equipo. Creo es un líder que da testimonio con su vida, con sus obras. Y se transforma en líder contra su voluntad. Simplemente Frank quiere trabajar como debiera ser, como imaginó y como sus valores se lo señalan. Nunca imaginó que su carrera policial culminaría declarando en un comité y que obtendría su placa dorada sin poder usarla, solo como elemento decorativo. Como un premio a la trayectoria. Como compensación a sus heridas.
Y a medida que va cambiando de dependencias sólo encuentra casos aislados de honestidad. El conjunto es un sistema corrupto donde cada policía está más interesado en el reparto de dineros mal habidos que de su trabajo principal. Y el problema para todo el resto es que Frank no acepta su parte. Esto lo transforma en un ser peligroso. Por no ser parte del negocio y por algo principal. Por ser diferente. No pueden aceptar a alguien que se comporte como en teoría debe ser un policía porque sería aceptar que ellos son lo opuesto. Frank es un espejo permanente que muestra todos sus desvíos. Todo lo que no han logrado ser. Todo lo que renunciaron por unas monedas. Por lo cuál debe ser apartado, menospreciado, eliminado de ser necesario.
Todo esto no es gratuito para Frank. Trata de manifestar sus incomodidades a sus jefes y estos no le brindan ningún soporte. Por interés o no querer entrar en conflicto, prefieren mantener el sistema. Y a medida que avanza la historia vemos a un personaje más atormentado, estresado y solo. Sus compañeros llegan al límite de permitir que lo maten, quedando indiferentes ante su pedido de ayuda. Y eso genera el interrogante en Frank de para qué. Qué finalidad persigue si no encuentra quien lo comprenda. Qué logrará si llega a obtener lo que persigue. Vale la pena poner la vida en juego?
Y esto nos habla del tipo de líder que es Frank. No tiene seguidores ni discípulos. Tampoco hace grandes esfuerzos de armar o integrar un equipo. Creo es un líder que da testimonio con su vida, con sus obras. Y se transforma en líder contra su voluntad. Simplemente Frank quiere trabajar como debiera ser, como imaginó y como sus valores se lo señalan. Nunca imaginó que su carrera policial culminaría declarando en un comité y que obtendría su placa dorada sin poder usarla, solo como elemento decorativo. Como un premio a la trayectoria. Como compensación a sus heridas.
Cuentan que hoy día, Frank Serpico, el verdadero, lleva consigo unos viejos papeles. Se trata del Código Ético de los Agentes de la Ley que estudió en la academia de policía a finales de los años cincuenta. Entre otras cosas, dice: “Como representante de la ley, mi deber fundamental es servir a la humanidad, salvaguardar vidas y propiedades, proteger a los inocentes del engaño, a los débiles de la opresión o la intimidación, la paz de la violencia o el desorden, y respetar los derechos constitucionales de todos los hombres con libertad, igualdad y justicia. (…) Mantendré la calma y el coraje ante el peligro. (…) Nunca emplearé una fuerza o violencia innecesarias”. Y estoy seguro el creyó en esas palabras, y las puso en práctica.